El pueblo chino se ha servido desde siempre de hierbas, de técnicas de masaje, del uso del calor y el frío, y también de encantamientos u otras prácticas supersticiosas para combatir la enfermedad. En ese sentido, no hay muchas diferencias entre el chino y otros pueblos del mundo, la mayoría de los cuales han empleado a lo largo de su historia o emplean aún hoy técnicas curativas similares.
Tales prácticas no se basan en el conocimiento científico, sino en la intuición, en los recursos disponibles o en conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación. Por ello, no se las suele incluir dentro del concepto de «medicina», sino en lo que convenimos en llamar «sabiduría de curación».
En Occidente, la frontera entre sabiduría de curación y medicina está muy claramente delimitada. Cuando hablamos de medicina, la mayoría pensamos en un profesional que basa su trabajo en los instrumentos y recursos que la tecnología y la ciencia modernas ponen a su disposición. La sabiduría de curación, en cambio, nos remite a remedios caseros conocidos por nuestras abuelas, a infusiones de plantas, a curanderos o a dichos recogidos por la tradición popular.
En la medicina china, en cambio, esta distinción es más difusa. Sabiduría de curación y medicina se entremezclan, pues hoy los terapeutas de esta disciplina están reconocidos como médicos en su país, si bien se sirven de técnicas de tratamiento y diagnóstico que no se diferencian en mucho de las que sus antepasados empleaban hace siglos.
Lo que hoy conocemos como medicina tradicional china o MTC es fruto de la voluntad modernizadora del gobierno comunista, que hace unas décadas realizó un gran esfuerzo por recopilar las ancestrales prácticas curativas de su país y acercarlas a la medicina occidental.

«Observar el cielo para prever el cambio, observar la humanidad para entender el mundo»: estos dos sencillos principios del Yijing, el célebre Libro de los cambios, resumen lo que ha sido la práctica de la medicina en China desde el siglo XVIII A.C. hasta hoy.
La tradición china parte de la idea de que todo cuanto forma parte de la naturaleza se rige por unas leyes comunes. Y en cuanto componente de esa naturaleza, el ser humano no escapa a tal afirmación
Así, para la medicina China, el hombre es un microcosmos dentro de un macrocosmos: los fenómenos que sucedan en la naturaleza tendrán igualmente lugar en el interior del cuerpo humano.
La teoría del yin y el yang es tal vez la más importante de cuantas vertebran la medicina china. Un terapeuta puede comprender tanto la fisiología como la patología y el tratamiento a partir de estos dos principios, ya que toda enfermedad obedece a un desequilibrio entre yin y yang.
La mayoría, sin duda, habremos visto en alguna ocasión este símbolo:
Se trata del taijitu, la representación más conocida del taiji, término que en origen se refería a la viga que sostiene el tejado de una casa y que podríamos traducir como «gran límite» o «límite supremo». La filosofía taoísta considera al taiji el inicio de todas las cosas, y por tanto, también del yin y el yang.
El taijitu pretende sintetizar los rasgos básicos de yin y yang: dos principios dinámicos, contrarios entre sí y que a la vez se crean el uno al otro. En el interior de cada uno hay un punto con el color del otro, lo que pretende ilustrar que en el yin está la semilla del yang y en el yang, la semilla del yin.
Esta relación de dos principios que a la vez se oponen y se convierten en su opuesto choca de plano con el pensamiento occidental. Éste se ha visto férreamente sometido durante más de dos mil años a la lógica aristotélica, uno de cuyos axiomas básicos es que los contrarios se excluyen entre sí.
Según tal axioma, decir de un mismo vaso que «está lleno» y que «está vacío» es una contradicción. Para los antiguos chinos, en cambio, ambas frases pueden ser ciertas a un tiempo, como la relación entre yin y yang se encarga de mostrar.
El yin y el yang se corresponden también con distintos estados de condensación de la energía y la materia: cuanto más yin, más material será algo, y cuanto más yang, más etéreo.
La medicina China es muy compleja para la mente occidental, embarcarse a dilucidarla y tratar de comprenderla, es como aprender un nuevo idioma, lleno de complejos símbolos.
Lo que he escrito hasta aquí, es solo la punta del iceberg de un mundo fascinante e interesante, pero sobre todo la puerta a un nuevo concepto, que de por si es milenario y por tanto olvidado en el tiempo….,nuestra es la tarea de redescubrirlo, investigarlo y aplicarlo en el día a día.
Esta filosofia y la pasiòn por descubrirla, es lo que me ha hecho desplazarme por mi madre tierra, aquì es donde ha comenzado el viaje, que me ha llevado a tierras remotas y hecho descubrir tècnicas milenarias, pero no por eso menos efectivas que las modernas. Por lo contrario la mayoria de las veces encuentran soluciòn a problemas a los que la medicina occidental todavìa no ha podido encontrar.
Creditos: Escuela Li Ping de acupuntura y medicina tradicional china.