El don de sanar reside en cada uno de nosotros. No es un don que se concede sólo a unos pocos. Es una cualidad innata tuya y mía. Todo el mundo puede beneficiarse de la curación, y todo el mundo puede aprender a sanar. Cada cual puede sanarse a sí mismo y a los demás.
Tu te proporcionas curación, aun cuando no quieras llamarla así. ¿Qué es lo primero que haces cuando te ocasionas una herida? Generalmente, tocas la parte herida de tu cuerpo. Puedes incluso sujetarla para tratar de mitigar el dolor. Este instinto fisico envía también energía curativa a la parte afectada. Si te relajas y colocas tus manos sobre la herida más tiempo de lo que harías normalmente, comprobarás cómo tiene efecto una curación aún más intensa. Todas las madres tocan, abrazan, besan o acarician a sus hijos cuando éstos contraen algún dolor, y hacen lo mismo con el resto de sus seres queridos. Si observaras estas sencillas reacciones y procedes a estudiarlas, constatarás que cuando tocas a alguien a quien quieres mucho, se produce un efecto más intenso que si tocas a un desconocido. Lo más probable es que hayas conferido a tu tacto una esencia especial: la esencia del amor que sientes hacia esa persona. Como ves, has sido siempre capaz de sanar, pero no tenías conciencia de ello.
Cuando estás alegre, feliz, lleno de energía, o en cualquier otra disposición positiva, tu tacto será más agradable para los demás que si estuvieras de mal humor. La energía que encierra un contacto malhumorado no es la misma que existe en un contacto alegre. Tu estado de ánimo en un momento dado se expresa a través de tu energía. Cuando aprendas a regular tu estado de ánimo y, en consecuencia, la naturaleza de su energía y su flujo energético, pronto utilizarás tu energía para sanar. Esto es lo que hacen los sanadores. Simplemente, aprenden a percibir y regular su energía para utilizarla en la curación.
Estas experiencias personales cotidianas, que pienso se han desarrollado desde que habitábamos en cavernas, han dado origen a la base de la curación por imposición de las manos. Ha tenido lugar desde que ha existido el ser humano. Los antiguos ya eran conscientes del poder curativo que residía en sus manos. Cada cultura investigaba y utilizaba este poder desde la estructura de sus conocimientos y tradiciones. Éstos se conocen en China y la India desde hace más de cinco mil años.
Ahora bien, no basta con tener capacidades sanadoras, también se debe tener convicción de querer dar servicio a la humanidad con estas capacidades. Muchas personas hemos venido a este plano para ser canales de sanación para muchas personas y entendemos que muchas otras han venido a ser sanadas.
Una persona que quiera entregar su vida a realizar sanación debe saber que esto es como ser un deportista de alto rendimiento. No es simplemente tener la habilidad y ya. Se tiene que cultivar un hábito y un entrenamiento diario para poder potencializar la energía. Todo maestro que trabaje con energía sabe que esto no es un juego y se están manejando fuerzas que van más allá de lo conocido actualmente.
Muchas personas se muestran escépticas ante este tipo de habilidades, sin embargo, ese escepticismo no impide que la energía este ahí, en todo lugar y todo momento. No por el simple hecho de que no ves algo debes desacreditarlo, el WiFI que nos permite estar conectados en nuestros ordenadores no lo vemos, pero por el solo hecho de no verlo no significa que no exista.
Si alguna vez te has preguntado si estás aquí para ser sanador de alto rendimiento te dejo estos 10 puntos que pueden ayudarte a saberlo.
10 signos de que estas destinado a ser un sanador.
1.- Si puedes sentir el estado de ánimo de los demás y puedes reconocer el área de molestia o sus síntomas, tienes el don.
2.-Si estás enfocado en ver las soluciones ante los acontecimientos que se presentan, tienes el don.
3.- Si las personas a tu alrededor sienten una tranquilidad en tu presencia, tienes el don.
4.- Si has notado que los animales se sienten atraídos hacia a ti, tienes el don.
5.- Si alguna vez has sentido que una gran energía se desprende de tus manos, ojos o boca, tienes el don.
6.- si puedes leer a las personas con solo mirarlas, tienes el don.
7.- Si en tu corazón existe un gran interés por aprender técnicas de sanación, tienes el don.
8.- Si alguna vez has sentido que estas conectado con todo a tu alrededor, tienes el don.
9.- Si últimamente no encuentras sentido a la vida y buscas algo mas allá, tienes el don.
10.- Si sientes una gran fuerza por querer cambiar el mundo positivamente, tienes el don.
LOKAH SAMASTAH SUKHINO BHAVANTU
OM SHANTI SHANTI SHANTI OM
Que la felicidad,la paz y la libertad lleguen a todos los seres de este planeta.
NAMASTE.
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